Una botella abierta puede ser una oportunidad… o una pérdida. Da igual si se trata de vino, destilado o licor: lo que no se vende rápido puede perder su valor, aroma y sabor. Y eso, en hostelería, se traduce en menos rotación, menos margen y una experiencia mediocre para el cliente.
¿La solución? Conservar bien cada botella desde el primer descorche. Aquí te explicamos cómo.
El oxígeno: enemigo o aliado
Al abrir una botella, el oxígeno entra en juego. Y en algunos casos es positivo: abre los aromas del vino o suaviza un whisky potente. Pero pasadas unas horas o días, ese oxígeno empieza a oxidar. Y ahí comienzan los problemas: acidez, pérdida de notas frescas, amargor o astringencia.
👉 El objetivo no es eliminar el oxígeno, sino controlarlo.
¿Qué botellas necesitan más atención?
- Vinos tranquilos (blancos, tintos, rosados): perderán aroma y estructura en 1-5 días.
- Espumosos: se van en horas si no se cierran bien.
- Vermut, Jerez y vinos fortificados: duran más, pero se oxidan igualmente.
- Destilados (ron, ginebra, whisky…): aguantan bien, pero si quedan a medias mucho tiempo, pierden intensidad alcohólica por evaporación.
- Licores (cremas, frutas, hierbas): si contienen lácteos o azúcar, cuidado con la conservación.
Técnicas de conservación que funcionan en barra
1. Taponado inmediato y correcto
Reutiliza el tapón original si sella bien. Si no, usa uno de silicona o vacío. Para vinos, mejor aún con bomba de vacío.
2. Guarda en vertical
Evita el contacto prolongado del líquido con el aire. La posición vertical también previene fugas en botellas abiertas.
3. Temperatura controlada
Refrigera blancos, rosados, espumosos y vermuts entre servicios. Los tintos también agradecen frescor (14-16 ºC es ideal).
4. Usa gas inerte si rotas poco
Si tienes etiquetas de alta gama o vinos por copas premium, una inyección de argón o nitrógeno preserva sin alterar el sabor.
5. No expongas a luz ni calor
Evita botellas en vitrinas iluminadas o cerca de fuentes de calor. La luz directa degrada aromas y alcohol.
¿Y qué pasa si la botella ya huele mal?
No la sirvas. Un vino oxidado, un vermut sin vida o un licor “plano” afecta directamente la percepción del cliente. Si una botella no rota en más de 10 días, revisa su olor antes de usarla.
💡 Consejo: Crea una sección de “productos en rotación” en tu carta de barra o maridajes. Así te aseguras de mover lo que está abierto.
Abrir una botella no es el final de su historia. Es el comienzo de una gestión eficiente. Con buenos hábitos, puedes ofrecer siempre lo mejor sin tirar producto ni perder calidad.
Cada botella es una inversión. Cuídala como tal.
Cómo conservar una botella abierta sin perder calidad