Si no formas a tu equipo, repites errores (y pierdes ventas)
En la hostelería, cada servicio es una oportunidad. Pero también es una prueba. Y cuando el equipo no tiene claras las bases —cómo se sirve un producto, cómo se vende, cómo se explica— se nota. En la barra, en la sala y en la caja.
Formar al personal no es algo exclusivo de grandes cadenas. Es una necesidad en cualquier bar o restaurante que quiera mejorar. Y no hace falta organizar seminarios eternos. Lo que necesitas son formaciones internas breves, bien diseñadas y que dejen huella.
¿Por qué hacer microformaciones internas?
Porque son:
- Ágiles: se pueden hacer antes de abrir, entre turnos o en un cambio de carta.
- Relevantes: se adaptan a lo que ocurre en tu local, no en teoría.
- Rentables: mejoran el servicio y las ventas sin parar la operativa.
- Motivadoras: hacen que el equipo se sienta más preparado y valorado.
Cómo diseñar una formación breve que funcione
1. Un objetivo claro, no un tema genérico
No digas “vamos a hablar de vermuts”. Di: “Hoy veremos cómo sugerir el vermut de la casa a mediodía”. Cuanto más concreta sea la formación, más aplicable será.
2. Duración máxima: 10-15 minutos
El equipo no puede ni debe desconectarse más tiempo. Busca el momento adecuado (antes de abrir, entre turno y turno) y sé breve. Es mejor hacer tres formaciones de 10 minutos que una de 45.
3. Contenido práctico, directo y visual
Nada de tecnicismos. Usa copas, botellas, cartas reales. Pon ejemplos. Simula situaciones: “¿Cómo se lo ofreces al cliente que pide algo sin alcohol?” Eso queda.
4. Repite ideas clave en otros momentos
La formación no termina al acabar la charla. Refuerza lo aprendido con recordatorios, pizarras en zona de personal o comentarios durante el servicio:
"¿Has ofrecido el vino nuevo de la carta hoy?”
5. Involucra al equipo en el proceso
Haz preguntas. Pide ideas. Deja que alguien prepare una microformación para el siguiente día. El aprendizaje compartido motiva y genera compromiso.
Temas útiles para microformaciones en hostelería
- Cómo vender mejor la carta de cócteles.
- Cómo sugerir sin parecer insistente.
- Qué decir sobre un producto nuevo.
- Diferencias entre tipos de ginebra.
- Cómo detectar al cliente que quiere algo especial.
- Qué hacer ante una queja común.
No necesitas un aula ni un PowerPoint. Solo intención, constancia y foco. Una formación bien hecha es una inversión directa en tu servicio, en tu equipo y en tu facturación.
Dedica 10 minutos al día a formar. Verás cómo el equipo se afina, se une y vende mejor.
Cómo hacer formaciones internas breves pero efectivas