¿Por qué probar dos cartas en lugar de adivinar?
Imagínate esto: tienes una nueva carta de cócteles, con bebidas que te encantan. Pero, ¿realmente sabes cuáles funcionarán mejor en tu barra? ¿Cuáles venderán más? ¿Cuáles volverán a pedir?
Ahí es donde entra en juego la prueba A/B. Se trata de presentar dos versiones diferentes de una misma carta en situaciones reales y ver, con datos, cuál funciona mejor. Como cuando pruebas dos tipos de vermut para decidir cuál sirve mejor en tu Negroni, pero aplicado a todo el menú.
Y lo mejor: no necesitas ser un experto en marketing ni usar herramientas complicadas. Solo observar, anotar y ajustar.
Cómo hacer una prueba A/B en tu barra (sin complicarte)
Una prueba A/B en coctelería consiste en ofrecer dos cartas distintas durante un periodo limitado. Aquí tienes una forma práctica de hacerlo:
- Diseña dos versiones: por ejemplo, una con cócteles clásicos y otra con propuestas de autor o más atrevidas. La clave está en cambiar solo un elemento por carta (nombres, precios, descripciones o fotos), para saber qué factor marca la diferencia.
- Define el periodo de prueba: puedes usar la carta A durante la primera semana y la carta B en la segunda. O alternar cada día si el volumen lo permite.
- Controla el entorno: intenta mantener las mismas condiciones (horarios, personal, afluencia) para que los resultados no se distorsionen. Si haces carta A en un día flojo y B en fin de semana, los datos no valdrán.
- Anota resultados claros: ¿cuántas unidades se vendieron de cada cóctel? ¿Hubo más margen con una carta que con otra? ¿Qué comentaban los clientes? Basta una hoja en la barra o una nota en el TPV.
Ejemplo real: un bar en Madrid probó dos cartas, una con descripciones técnicas de cada cóctel y otra con nombres más emocionales (“Tarde de verano”, “Pecado tropical”). ¿El resultado? Las ventas se dispararon con la segunda versión, aunque las recetas eran las mismas.
Qué puedes cambiar (y qué no) en cada versión
Para que la prueba sea útil, solo debes modificar un elemento por carta. Aquí algunas ideas:
- Nombre del cóctel: “Whiskey Sour” vs. “Clásico Ácido del Sur”.
- Precio: 8€ vs. 8,50€, para ver hasta dónde llega la sensibilidad.
- Presentación visual: con o sin fotos, o distinto orden en la carta.
- Descripción: técnica (“bourbon, limón, azúcar”) vs. emocional (“un clásico equilibrado, ácido y reconfortante”).
Evita probar dos cartas completamente distintas al mismo tiempo. Si cambias recetas, precios, diseño y nombres todo a la vez, no sabrás qué ha funcionado mejor.
Cuándo aplicar estos tests y cómo sacarles partido
El mejor momento para hacer una prueba A/B es antes de cambiar la carta definitiva o lanzar una promoción especial. También funciona muy bien en eventos o semanas temáticas, donde hay un público más curioso y receptivo.
Cuando termines la prueba, revisa los datos: ¿qué cócteles han rotado más? ¿En cuál hay más margen? ¿Qué carta generó más interacción en mesa?
Y lo más importante: actúa. La carta ganadora debe servirte para ajustar tu propuesta final, mejorar la rentabilidad y fidelizar a tus clientes. Esto no es teoría, es afinar tu carta con precisión quirúrgica.
En hostelería, cada decisión cuenta. Una carta atractiva, entendible y rentable puede marcar la diferencia entre una noche tibia o una barra llena.
Probar antes de lanzar te da una ventaja real. Te permite hablar el idioma de tu cliente, descubrir qué le seduce y vender mejor, sin adivinar.
Haz la prueba. Dos versiones, dos semanas y una lección que te acompañará toda la temporada.
Pruebas A/B en coctelería