Catas internas

mejora tu equipo desde dentro
6 de septiembre de 2025 por
Catas internas
Reyes Grupo Horeca SLU, Leonardo Selaya Messías

Una cata no es solo una forma de probar producto. Es una herramienta poderosa para formar, motivar y unir al equipo. En la hostelería actual, donde el ritmo de trabajo puede ser frenético y las rotaciones frecuentes, generar espacios de aprendizaje conjunto es clave para la cohesión y el rendimiento.

Organizar catas internas es una forma directa y efectiva de mejorar la experiencia del cliente… desde dentro.

¿Por qué hacer catas internas?

Porque es una manera práctica y motivadora de compartir conocimiento. Además de entrenar el paladar, se entrenan los valores: atención, escucha, respeto por el producto y confianza entre compañeros.

Una cata bien dirigida puede ayudarte a:

  • Unificar discurso comercial.
  • Detectar matices en producto que luego se trasladan al cliente.
  • Fomentar el orgullo por lo que se sirve.
  • Estrechar la relación entre cocina y sala.

Ejemplo real:

En un restaurante madrileño, el jefe de barra organiza cada martes una mini cata de 15 minutos antes de abrir: tres vermuts distintos y una pregunta clave para debatir. El resultado: todo el equipo recomienda con más seguridad y coherencia.

Cómo organizar una cata interna (sin complicarte)

1. Elige un objetivo claro

No se trata de probar por probar. Define qué quieres que el equipo aprenda: comparar referencias, entender procesos, elegir maridajes, entrenar el lenguaje descriptivo…

Ejemplo:

Diferenciar un vermut seco, uno rojo y uno con toques herbales para saber qué ofrecer según el perfil del cliente.

2. Hazlo breve, pero constante

No necesitas una hora. Diez o quince minutos antes del servicio bastan si la dinámica es ágil. Lo importante es la regularidad, no la duración.

Consejo:

Una cata a la semana es más útil que una masterclass mensual.

3. Implica a todo el equipo

No solo cocina o barra. Que participe quien sirve, quien recibe al cliente y quien gestiona la carta. El conocimiento compartido refuerza la coherencia del discurso.

4. Crea una hoja de cata propia

Usa un formato sencillo: aroma, sabor, textura, notas destacadas, sugerencias de uso o maridaje. Puedes imprimirla o usar una libreta común.

¿Qué productos puedes catar?

  • Vinos y vermuts: según referencias en carta.
  • Destilados: gin-tonics, rones, whiskies, etc.
  • Cervezas artesanas: cada vez más en carta.
  • Conservas y productos gourmet: conocer texturas y sabores reales ayuda a argumentar.
  • Cócteles de autor: para aprender a describir lo que se sirve.

Truco de equipo:

Cada semana, que la cata la dirija una persona distinta. Eso genera compromiso y puntos de vista nuevos.

Una cata no es solo formación. Es cultura de equipo. Es cuidar el detalle y respetar el producto que se sirve. Es dar herramientas reales para que tu personal hable con criterio, recomiende con seguridad y conecte mejor con el cliente.

Y lo mejor: no cuesta casi nada.

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