El Whisky Highball parece el cóctel más simple del mundo: whisky, soda y hielo. Pero como ocurre con las cosas simples, solo hay dos caminos: hacerlo sin alma, o convertirlo en una obra de precisión refrescante.
Este clásico japonés ha conquistado cartas de coctelería de todo el mundo, desde bares de hotel de cinco estrellas hasta izakayas escondidas de Tokio. Y si aún no lo tienes bien trabajado en tu carta, estás perdiendo una oportunidad real de destacar con lo mínimo.
Qué es un Highball (y por qué no es un cubata)
El concepto de Highball nació como una técnica de servicio más que como una receta. Se trata de un destilado combinado con un mixer carbonatado, servido en vaso alto con mucho hielo. Pero en Japón, esta idea se refinó hasta el extremo.
Un Whisky Highball bien hecho no es una mezcla rápida: es un cóctel con reglas claras y objetivos precisos:
- Refrescar sin diluir.
- Respetar el perfil del whisky.
- Usar burbujas finas y estables.
- Lograr equilibrio con técnica.
Cómo se prepara un Whisky Highball perfecto
Aquí no hay espacio para improvisar. Si quieres que este trago sea rentable, fácil de servir y a la vez memorable, tienes que dominar el proceso. Así se hace:
- Vaso alto y muy frío
Refrigera el vaso antes de montar el cóctel. Así evitas que el hielo se derrita de inmediato y pierdas gas. - Hielo cristalino, en bloque o cilindros grandes
El hielo debe ocupar la mayor parte del vaso y no liberar agua ni sabores. Si se agrieta o flota, pierde el objetivo. - Medida exacta de whisky (50 ml)
Puedes usar un blend suave o incluso un single malt más ligero. Lo importante: que tenga personalidad y equilibrio. - Soda fría, con buena carbonatación
No vale cualquier agua con gas. Elige una soda neutra, con burbuja fina y persistente. Añádela sin remover para no romperla. - Mezclar con cucharilla larga o sin agitar (según estilo)
Algunos bartenders remueven con una cucharilla girando desde la base; otros vierten la soda suavemente sobre el dorso. Lo importante: no romper el gas. - Twist de cítrico o piel de limón opcional
Puedes coronarlo con una piel de limón exprimida sobre el vaso. Aporta aroma sin alterar la estructura del trago.
Por qué tenerlo en carta (aunque ya sirvas combinados)
El Highball puede parecer redundante si ya vendes whisky con soda, pero no lo es. Aquí algunas razones para diferenciarlo:
- Precio diferenciado: si lo explicas como cóctel, puedes subir su valor percibido.
- Mayor margen: el coste de producción es bajo y el resultado es elegante.
- Velocidad de servicio: bien montado, se prepara en 30 segundos y queda impecable.
- Ideal para comida: combina con platos salados, fritos o picantes sin competir.
Además, se adapta al cliente que quiere beber bien, sin cargar con un trago alcohólico pesado.
El Whisky Highball no es solo un combinado. Es una declaración de principios: técnica, cuidado, equilibrio y respeto por el producto. En un mundo donde la complejidad muchas veces confunde, el Highball brilla por lo contrario: ser directo, preciso y efectivo.
Añádelo a tu carta con identidad propia. Entrena al equipo para prepararlo bien. Y verás cómo ese vaso alto, con solo dos ingredientes, se convierte en una de tus mejores ventas.
Whisky Highball